En el estudio de la satisfacción laboral observamos que todos los puestos de trabajo requieren de interacción entre compañeros y jefes, de reglas a seguir, de políticas organizacionales y de capacidad para lidiar con las problemáticas que vivimos como trabajadores. Es complejo medir la satisfacción laboral, pues esta depende de muchos factores: el país en que se encuentra la empresa y la cultura propia de la organización.
Medir la satisfacción laboral es importante; y hay estudios que sustentan la correlación que existe entre el comportamiento organizacional y la productividad. Las actitudes positivas de los empleados pronostican un incremento en la eficacia de la organización (Robbins & Judge, 2013).
La percepción es un factor relevante en la satisfacción laboral, y muchas veces es una interferencia para el bienestar cuando dichas percepciones son negativas. Hay conceptos que son subjetivos (por ejemplo, el de la justicia), y dicha subjetividad puede provocar enfrentamientos casi siempre desfavorables para todas las partes involucradas.
La satisfacción laboral o la felicidad no parte de los factores que generan las organizaciones, la influencia de dichos factores solo es temporal en el incremento de la satisfacción. Para aprovechar los cambios externos que se generan, el cambio tiene que surgir desde las personas. Es importante saber qué cosas corresponde mejorar a la organización y qué cosas corresponde a los colaboradores.
Cuando se selecciona personal, en el reclutamiento se debe dar prioridad a las personas que están satisfechas y claras en sus objetivos, que saben autorregularse y motivarse. Estas personas son las que aprovecharán las condiciones óptimas y las mejoras de la organización. Además, cuando las condiciones de la organización no son las óptimas, las personas adecuadamente reclutadas sabrán expresar sus inquietudes y podrán distinguir cómo es la flexibilidad de la empresa al momento de negociar.
Es importante recalcar que nunca va a existir un trabajo que cumpla con todas las condiciones satisfactorias que uno desea. Como trabajador es necesario saber priorizar nuestras necesidades al momento de elegir la organización para la que trabajaremos.
Sabemos que podemos enfrentar resistencia al cambio, pero afortunadamente existen estrategias para superarlo. Identificar y definir la cultura de la organización se vuelve relevante porque estos son los factores que definen las actitudes y el comportamiento de los integrantes del equipo de trabajo; y estos a su vez son los que crean el ambiente organizacional. El ambiente laboral se puede definir como las percepciones que comparten los colaboradores sobre la empresa y el clima laboral, y está muy relacionado con la satisfacción laboral, la participación, el compromiso y la motivación de los individuos.
El tamaño de la organización define sus estructuras, y cada estructura tienen efectos diversos sobre los miembros del equipo. Por esta razón es necesario considerar que las diferencias individuales, la experiencia, la personalidad, las tareas laborales y la cultura, son factores que influyen en la satisfacción laboral.
Hay que considerar que el estrés es un proceso dinámico que ocurre como respuesta a las presiones ambientales y, por lo general, está relacionado con las responsabilidades, obligaciones e incertidumbre que se enfrentan en el trabajo. Del cada uno depende gestionar los recursos para controlar y resolver el estrés (Robbins & Judge, 2013. Pág. 636).
Los factores ambientales, organizacionales y personales son fuentes potenciales de estrés. También influyen algunas particularidades de la persona: la percepción, la experiencia laboral, el apoyo social, las creencias, la auto-eficiencia y la hostilidad. Cada uno de estos aspectos genera consecuencias distintas a cada persona: síntomas fisiológicos, dolor de cabeza, hipertensión, enfermedades cardíacas, síntomas psicológicos, ansiedad, depresión, síntomas conductuales, productividad, ausentismo, entre otros. Afortunadamente existen métodos individuales y organizacionales para afrontar el estrés.
Sin creatividad, difícilmente los problemas se pueden mirar de nuevas maneras; pero entre más se practique la creatividad, mejores resultados tendremos. La creatividad es una característica que requiere experiencias y motivación intrínseca hacia la tarea. Es indispensable contar con ella al momento de tomar decisiones, pues permite que se desarrollen nuevas alternativas de acción. Es importante tener en cuenta que siempre pueden existir errores en la percepción de las personas, así que es necesario evaluar continuamente las ventajas y desventajas de las alternativas que se proponen.
Es imposible pensar una organización sin personas. Las organizaciones no podrían existir sin colaboradores y, además, debemos tener siempre en mente que un colaborador tiene comportamientos, necesidades, perspectivas y conductas específicas que pueden moldearse mediante métodos de aprendizaje. Moldear dichas conductas específicas posibilita crear en los colaboradores la capacidad continua de adaptación y cambio. También es importante considerar que el conocimiento y las experiencias personales que los colaboradores aportan a la organización generan conocimientos acumulados que pueden transformarse en resultados.
Cada organización tiene una forma particular de integrar y asignar recursos para poder operar adecuadamente. La estructura organizacional es la interrelación entre dichos recursos; y para generar esta estructura organizacional se utiliza el diseño organizacional.
El diseño organizacional es el proceso que construye y que adapta de manera continua la estructura de la organización; se encarga de dividir el trabajo y asignarlo a los distintos puestos, grupos, unidades y departamentos que tiene la organización (Chiavenato, 2009). También se encarga de establecer la forma óptima de coordinación entre los equipos de trabajo, algo necesario si queremos alcanzar los objetivos de la organización de manera sincronizada.
La psicología organizacional utiliza el método científico. El método científico nos ayuda a identificar y a conocer cómo es el clima organizacional. Mediante la observación y la definición de hipótesis podemos conocer climas específicos, analizar situaciones particulares y emitir las conclusiones necesarias. El método científico es el sostén de las ciencias como la Sociología en la Psicología Organizacional, y es importante porque nos permite explicar los límites de las barreras de pensamiento que nos ponemos.
Cada organización tiene su propia cultura laboral. La regularidad de los comportamientos, las normas, los valores dominantes, la filosofía, las reglas y el clima organización son las principales características de dicha cultura.
Sin importar el tamaño, ingresos o recursos tecnológicos, el éxito de las empresas se fundamenta en el respeto y consideraciones (en todas sus dimensiones) que se les dan a los empleados. El punto clave de esto es lograr que los empleados tengan una mejor calidad de vida dentro y fuera del ambiente laboral.
Por otro lado, la ética de quien dirige la empresa, la ética del psicólogo organizacional, y la ética de los empleados, son esenciales para lograr mantener una postura humanista donde todas las partes ganen.
Las organizaciones pasan por una serie de etapas y crisis que los obligan a ir cambiando, y lo mismo pasa con los colaboradores. Dichos reajustes promueven el desarrollo de todos, pues permite ampliar objetivos y mejorar el desempeño de las personas. De esta manera se puede fomentar una sinergia favorable que mantenga una actitud reflexiva y crítica para corregir los errores.
Referencias Bibliográficas
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Robbins, S., Judge, T., (2013). Comportamiento Organizacional. 15°edición. México. Pearson.
Zepeda, F. (2017) Psicología Organizacional (2ª. ed). México: Pearson.
Mar, V. (2012) Antología de habilidades y prácticas directivas en las organizaciones inteligentes del Siglo XXI. Ciudad de México, México
Socialización y satisfacción laboral, (2017) Plataforma ULA